Y se produjo el llamado y comenzaron a llegar, y se encontraron. y cada uno venía con sus ideas, su equipaje y cada uno traía su parte. Y cortaron el pan, y compartieron el vaso, y se dijeron palabras. Y eran muchos cuerpos que formaban solo uno, moviéndose al unísono, apenas separándose. Y fueron muchos días, y fueron allá, y también allá. Y allá. Y dejaron una huella, que fueron varias, en aquellos que tuvieron la suerte de ver pasar a esta bandada. Celeste Sánchez Goldar |